Esta es mi primera Fender, y me supuso un salto cualitativo importante, comparada con las guitarras de menos de 600 euros con las que venía tocando hasta ahora.
Lo primero que se nota al sacarla de la caja es una consistencia y un peso mayores de los esperados. Pese a ello resulta muy cómoda para tocar sentado, con el peso equilibrado de tal manera que ni cabecea ni cansa las piernas.
Viene ajustada de fábrica, y afinada casi un tono por debajo. Una vez afinada no requirió más ajustes para comenzar a tocar.
Los acabados son excelentes, y el color crema de los plásticos, combinado con el golpeador "mint" le dan un aspecto vintage que a mí me agrada especialmente. Tiene alguna mácula sin importancia, como una rebaba en el tope del conmutador de pastillas.
El mástil también es un poco más grueso de lo que esperaba, pero resulta muy cómodo, con un tacto muy agradable. El diapasón de arce es muy suave y los trastes vienen bien pulidos. Fender no utiliza trastes de acero inoxidable, pero no los necesito, para mí la altura y el tacto de estos son perfectos.
El radio del mástil, de 12", es más plano que el clásico Fender, y va bien tanto para acordes como para fraseos.
El sonido sin enchufar ya sorprende por la proyección y por la brillantez. Una vez enchufado tiene el sonido 100% Fender que buscaba. Hay debate sobre las pastillas Noiseless, por mi parte tienen un sonido redondo, con limpios definidos y nada estridentes. La pastilla del puente no tiene el tono chillón que muchos atribuyen a las Strato.
Comentar que el potenciómetro de tono es push-pull y conmuta a un sonido que activa todas las pastillas a la vez. Yo no lo uso y lo cierto es que no me resulta cómodo activarlo.
El resto de la electrónica es precisa, el selector de pastillas es firme y fiable y los potenciómetros tienen un recorrido uniforme. Se notan sólidos, y no me ocurre lo que muchos comentan de la Strato, que es fácil bajar el volumen sin querer al tocar.
El puente no tiene las selletas habituales, sino que son totalmente lisas, por lo que resulta muy práctico para apoyar la mano y hacer palm mute. Es de dos puntos y responde bien al vibrato.
El clavijero es a toda prueba y la guitarra apenas se desafina con el uso.
Esta guitarra permite largas sesiones de práctica sin producir fatiga, y ofrece un montón de sonidos. Su punto fuerte son los limpios, y comparada con mis otras guitarras se mantiene limpia cuando las demás ya rompen el sonido. De todas maneras también trabaja bien con ganancias altas, aunque lógicamente no se le sacan las distorsiones de guitarras pensadas para metal.
Como detalle curioso, por error le incluyeron una palanca de vibrato de diestro, pero Thomann me gestionó rápidamente una palanca de zurdo.
Sin duda es una guitarra recomendable para quien busque una Fender, saltando de gamas de iniciación como Squier pero sin meterse a una Performer que cuesta el doble. Es evidente que hay grandes guitarras por menos precio, pero una vez probada esta es cuando se nota la diferencia.
No sé cómo afectará el lanzamiento de las Fender Player II, pero si esta Player Plus se mantiene en el mercado la recomiendo sin duda alguna.