En general el aspecto se ve muy sólido, bonito y bien construido, dejando a la vista los terminales de las cuerdas en la parte superior y semiocultando los tornillos de fijación y ajuste a la tapa del instrumento.
Quizá sea algo más elegante el "Schaller Signum" que montan las PRS, pero su precio es el doble.
Los ajustes de octavación y altura de las cuerdas se realiza con gran precisión y sin ninguna dificultad.
El pequeño y único problema que veo en este tipo de puentes wraparound, es que el recorrido de la cuerda desde el terminal redondo hasta el final del extremo enrollado para su sujeción (entre 1 y 2 cm), es a veces demasiado largo y el extremo encordado asoma, afeando el conjunto del puente, en casos muy extremos podría incluso arañar la mano al apoyarse sobre él. Se resuelve prestando atención a la marca de cuerdas para que esto no pase. Por ejemplo, la marca D’addario tiene aproximadamente 1,5 cm desde el terminal hasta el final del engarce, para que quedase totalmente oculto lo ideal sería 1 cm.
En conclusión, cumple de sobra con su cometido y en principio trasmite con claridad y nitidez el timbre de las cuerdas.