Buscaba un plato no demasiado caro, que me sirviera de ride pero que no fuera muy duro para que abriera bien al golpearlo. Lo he encontrado. El acabado es de un negro cobrizo por ambas caras con muescas, muy elegante sin duda. Al utilizarlo como ride he de decir que suena muy suave y delgado y le falta un poco de cuerpo, pero aun así se controla bien. La campana suena muy definida, perfecta. Al golpearlo como crash el plato abre muy bien, con un sonido grave, oscuro y algo sucio, precioso. Esta serie está orientada a estilos más agresivos pero funciona muy bien con todo y no le tiene nada que envidiar a modelos más caros. Sin duda, una gran compra.