Pese a estar fabricados con la aleacion B8, presumiblemente de menor calidad que la B20, los artistas de Paiste saben bien lo que hacerle a un plato para que suene.
La serie 2002 en general tiene un sonido metalico, brillante, penetrante y definido. Los crashes en particular cortan sobre cualquier instrumento, explotando con potencia y proyeccion, y dejando una cola caracteristica y muy reconocible.
Posiblemente esta serie carezca de la complejidad de otros platos, de la capacidad de obtener matices y de ciertas frecuencias de otras series u otras aleaciones, como hay quien opina, y hasta cierto punto puedo estar de acuerdo. Tambien hay quien habla de su durabilidad, yo personalmente hasta la fecha no he roto ninguno, y los llevo usando desde hace años. Pero lo que es indiscutible es que se han convertido en un superclasico, tienen un sonido potente, rockero y particular, y si te gustan, te enamoran.