Entregan un sonido dulce y cremoso con el toque "nasal" típico de este tipo de cuerdas y, algo que es de agradecer ya que no son cuerdas económicas, son de muy larga duración. Otro detalle que las diferencia es la fina calidad de su entorchado, apreciable desde la tercera cuerda.
En mi caso las he instalado en una guitarra de jazz, obteniendo las características descritas al principio, y en una fretless de luthier, obteniendo la rigidez necesaria para poder tocar en ese tipo de mástiles sin tener la necesidad de instalar un diapasón de un material mas rígido que la propia madera (aluminio, crista,cobre...), lo que ahorra un dineral a largo plazo.